miércoles, 23 de diciembre de 2009

Hoy amanecí y me di cuenta que mañana es Navidad. Hace mucho tiempo que esta fecha dejó de tener importancia por diversas circunstancias. Sí, la celebro cenando lo clásico en familia, pero creo que la Navidad ya nunca será igual. Creo que esta Grinch, orgullosa de su participación activa en el Club de Scrooge, en el fondo siente nostalgia por las Navidades de su infancia y adolescencia. Y no es por los regalos, lo juro, es porque antes había más tradición, más magia y más unión. En fin, mañana cenaremos pocos, supongo que los que importamos, y continuaremos adelante, esperando que el año próximo nos toque mejor... Pásenla todos bien, lectores invisibles...


martes, 22 de diciembre de 2009

El misterio de la rebeldía capilar

Desde hace algunas semanas no puedo peinarme el fleco. Antes nunca usé fleco y de la nada, me animé un día y me lo corté. Peinármelo fue un huevo mundial, por lo corto. Luego agarré la onda y me salía hasta con los ojos cerrados. Pero ahora, resulta que después de 6 años de usar fleco, simplemente, ya no me queda, se voltea, se ondula (¡¡horror!! ¡fleco ondulado jamás!), pero extrañamente, si me lo peino para el lado contrario, queda de poca madre y no se mueve ni poquito. Como de revista. Pinche fleco necio. No sé qué hacer, esto nunca me había pasado y no me siento tan cómoda usándolo para la izquierda cuando siempre lo había usado para la derecha. Sí, muy intelectual mi post del día de hoy, lo sé. Deberían ponerlo en Wikipedia...jaja.

sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Dónde estabas hace una década?

Leí esta pregunta (y su respectivo post) en un blog al que llegué gracias al blog de mi amiga Domi (quien por cierto, desde que partió a su tierra natal de vacaciones, decidió olvidarse de todos nosotros y de su blog, jaja) y me cuestioné lo mismo. Aquí la respuesta.

En diciembre de 1999 estaba preparando mi viaje a Panamá. Tenía un novio llamado David, que a pesar de su profesión (músico y pintor) era serio y un poco señor, pero era buena gente. Unos meses antes, en agosto, estábamos en un concierto del susodicho, cuando su entonces manager y amigo mío me contó que se iba a Panamá a pasar las fiestas con su familia (él es de origen uruguayo pero sus padres viven en Panamá hace muchos años), y que había conseguido un boleto muy barato. Me puse a buscar y conseguí el mismo pasaje que él, así que animé a mi amiga C. y dado que yo tengo muy buenos amigos panameños (que conocí en la universidad y fuímos prácticamente roomates) , nos conseguí alojamiento y plan para el Año Nuevo para C. y para mi. El viaje a Panamá fue divertidísimo, volamos con Jonás, otro amigo músico -que compartía manager con mi entonces novio-, en un avión medio destartalado, pero que al parecer era el pollero de Sudamérica, comenzaba escala en Panamá y de ahí pa'l real hasta Bs. As. parando en cada ciudad capital del Cono Sur (por eso costó lo que costó, supongo). Nos fuímos hasta el final del avión y fumamos y tomamos todo el vuelo (¡¡aún se podía fumar en los aviones, Yisus!!). Ya casi llegando a Panamá, Jonás nos confesó que la última vez que había volado en esa línea y ese destino (iban a hacer un show) se le había apagado un motor al avión. Casi me muero del susto, ya no tuve paz hasta que aterrizamos en Tucumen.

El resto del viaje fue divertidísimo, hubo de todo, comenzando por un accidente de regulares dimensiones la primera noche de nuestra estadía. Quedamos en un bar con amigo-manager y primo (que era amigo mío también y estaría en Panamá de casualidad) y nosotras iríamos con mis amigos. Me metí a bañar para alistarme y me resbalé en la tina, dando como resultado una abierta (debido al impacto directo del hueso de mi ceja contra el grifo del agua caliente) que acabó en el hospital, cirujano plástico de por medio y doce puntadas en el párpado. Cuando llegué al bar (porque eso sí, ni el madrazo mermó mi espíritu parrandero) con un gran parche, me dice amigo-manager: Hablamos hace dos horas y esto no existía, jaja. El resto del viaje me la tuve que pasar, en pleno verano panameño, con un gran sombrero y lentes de mosca para evitar el sol, pero a pesar de eso, fue divertidísimo, y contar la historia una y otra vez, a pesar de la burla de mis interlocutores, fue más divertido aún.
Asistimos a la entrega del Canal de Panamá de parte del gobierno de EUA al gobierno de Panamá el 31 de diciembre de 1999. Fue una ceremonia histórica, emotiva (llorábamos abrazadas de la gente -a la cual no conocíamos, por supuesto) y llena de alegría. Al finalizar, Ruben Blades regaló un concierto de tres horas para el pueblo. En la noche, fuímos a una fiesta en la parte alta de una isla-colina, donde otra vez tocó Rubén Blades, aunque ésta era una fiesta privada de gala, con cena y barra libre. Fue increíble, divertidísimo y cerramos la fiesta a eso de las 3 de la tarde del día siguiente con "la mojadera" (mojarse todos con mangueras para recibir el año nuevo) y comiendo sancocho de pollo.

Días después nos fuímos a Isla Grande, una isla a un par de horas de Cd. de Panamá, donde mi amigo JC tiene una casa. Una isla preciosa, donde no hay coches (estacionas tu auto en tierra firme y te cruzan en pangas) y en la playa hay casitas de madera pintadas de colores, y tejabanes donde venden cerveza y patacones (plátano frito, mmm). Dedicamos nuestros días a estar tiradas en la playa tomando cerveza Atlas y escuchando reggae, viendo a los surfos "de la zona" (gringos nacidos en bases militares americanas en Panamá que eligieron quedarse ahí porque se enamoraron del país) y siendo felices. Unas grandes vacaciones donde hubo de todo , incluso la invención de una historia maravillosa, en donde C. y yo tocábamos en un grupo de rock que le iba a abrir a su vez a Jonás y su banda un concierto, motivo por el cual nos teníamos que subir al avión rumbo al DF a como diera lugar (por no "confirmar" nuestro regreso vía telefónica antes, perdimos nuestros boletos de avión, una cosa muy rara, pero cierta). Al final, nos subimos al aero pollero que veía repleto y logramos llegar a México. Creo que ha sido uno de los mejores años nuevos de mi vida. 1999, you look so far away...

domingo, 13 de diciembre de 2009

Things that make me go mmm...


Creo que ya voy saliendo de mi etapa de amargueitor total (si eso es posible) y para exorcizar todo eso, mejor hoy quiero hacer un post sobre cosas que me gustan, me encantan. Tengo un enorme gusto por los juguetes de diseñador, aquí algunas imágenes de mis debilidades y pequeñas pasiones cotidianas. Mmm!!


- Aranzi Aronzo, diseñador japonés especializado en el DIY. Tiene uno de los libros más divinos y explícitos acerca de manualidades de todo tipo, para hacer bolsas de fieltro, playeras, muñecos, etcétera. Soy fan.
 
- Bearbricks: hay de todos tipos, tamaños y personajes. Estos son sólo algunos de mis favoritos. Cada cajita misteriosa es un motivo de emoción y alegría. Si alguien me quiere dar un regalo alguna vez, pueden recurrir a esto. Es barato (6 dólares aproximadamente) y proveerá un gozo infinito. Éste es el mismísimo Mr. Black de Reservoir Dogs. Más bearbricks a continuación.


Otro de mis ultra favoritos, Bob Esponja, engalana las filas de Bearbricks. ¡Jujuy!

 
Los veo y los vuelvo a ver y casi me dan ganas de llorar. Belleza absoluta, perfección robótica. Bearbricks de Daft Punk (hartos suspiros).

El italiano Tokidoki tiene un estilo bien particular (los cactus lo definen, entre otras cosas) y hace unos juguetes con un diseño divino y muy peculiar, que mezcla personajes muy femeninos en cuanto a colores y miradas, pero que habitualmente vienen acompañados de elementos sumamente masculinos o agresivos, como metralletas o espinas. Lovable!


 
 
¡Maldita Kitty! No conozco a nadie que para su cumpleaños número 35 haya contratado a uno de los diseñadores más heavies del mundo para que le hiciera un outfit chingón. Aaah, soy fan de nuevo.



Dejé para el final a mi gran GRAN consentido, a mi favorito entre los favoritos, el japonés Yoshitomo Nara. Desde la primera vez que vi la imagen de una niña medio enojada medio maldita pero que algo tiene que te compra, me enganché irremediablemente. He adquirido cuanto producto con su firma he encontrado, pero aún así cuando veo alguna exposición (en país remoto, obviamente) siento un huequito en el estómago que no tengo cómo rellenar. Lo amo irremediablemente. He dicho.


 
Too Young To Die

miércoles, 9 de diciembre de 2009

A long December...

El twitter sigue sin funcionar y nadie se ha dignado dejarme un solo comentario. Sin embargo el contador sigue avanzando. Hoy no es un buen día, me siento triste. Y ni siquiera quiero exponer aquí los motivos de mi tristeza porque si los pienso, me parecen como de secundaria, pero bueno para mi son importantes y supongo que eso es lo que cuenta. Sólo espero que este sentimiento se vaya pronto. Quisiera decir que es diciembre, la navidad, el frío y la mierda, pero ni eso, estamos a 26 grados, con un sol como de primavera y no hay rastros de frío por ningún lado.

Odio este tipo de días, en que todo se hace más pesado, desde el andar hasta las palabras y lo que no se dice. Y es como esperar a que pasen las horas sin novedades, sin un sobresalto, sin que te llegue un correo diciéndote que te ganaste un premio o un reconocimiento a tu trabajo. O aunque sea un reintegro de la Lotería (si tan sólo comprara boleto... osh). El chiste es que hoy es UNO de esos días, que todos tenemos, y en los cuales nomás en serio, no pasa nada. Lo malo es que llevamos muchos días en lo mismo, y salir a la calle y ver los estúpidos cuernos de reno que la gente le pone a sus autos no ayuda. Y tampoco ese espíritu "navideño" que no es otra cosa más que un muérase pagando y venga y déjenos su aguinaldo, al fin y al cabo no lo va a necesitar para otra cosa. Y gastar en papel que no sirve para absolutamente nada más que para ser roto. En verdad, envolver los regalos en papel me parece una costumbre salvaje y sumamente retardada (y no puedo ocultar que yo lo hice por mucho tiempo, hasta que un día tuve una revelación y comprendí que no más). Y no me importa las miradas que recibo y recibiré por dar regalos envueltos en periódico. Peor es tirar tu dinero. I'm such a fucking grinch, I know it and I don't give a rat's ass. Esto va a ser un diciembre muy largo. Fuck...

pd. Quería poner el video que da título a esta entrada, pero los perros de Universal quitaron la función de "embed" así que hagan click aquí por si lo quieren ver. 

"I can't remember all the times I tried to tell myself to hold on to these moments as they pass..."

lunes, 7 de diciembre de 2009

Atento aviso

A los lectores invisibles de este blog (sé que los hay porque para eso puse un contador de visitas), primero que nada, no pongan atención a lo que pasa del lado derecho de mi blog, es la aplicación para unir twitter y blog, pero lleva días rota y todos esos tuits que están ahí, por supuesto no son míos, sino de Juan Pérez y toda su pandilla que se han inmiscuido en mi blog. Segundo, si pasan, leen y les gusta o no les gusta, sean amables y alimenten a este pobre corazón. Déjenme un comentarito, aunque sea así, chiquito y modesto, pero háganme saber que al menos alguien además de mi, lee todas estas pendejadas... he dicho.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Wishlist para ser resuelto de inmediato

- Una gran taza de Tazo Passion Tea. He desarrollado una adicción mal sana hacia él. Mmm, qué rico.
- Tres kilos menos, puedo ubicar exactamente en dónde están localizados. Debo sacarlos de ahí, cueste lo que cueste, pero si fuera inmediato, sería mejor.
- Un pasaje redondo a Nueva York para ver el árbol en Rockefeller Center (ya sé, soy una cursi, I don't give a shit), los aparadores de Saks y tomarme un chocolate caliente de Dean and De Luca. Luego ir por un falafel a Chickpea, caminar entre las calles mientras sale el humo de los respiraderos del metro, deleitarse con el olor de nueces y castañas asadas y finalizar el día con un postre de Rice to Riches. Todo eso, ahora, por favor. (I'm a fucking walking cliché, I know...)
- Que mi wishlist de amazon también se materialice en la puerta de mi casa.
- Todos los artículos en existencia de Yoshitomo Nara, especialmente "The pup in the cup". Aaah, suspiros.
- Levantarme y descubrir que sé cocinar perfecto, que no quemo ni salo las cosas, ése sería EL MEJOR regalo.
- A la par de la habilidad anterior, volverme súbitamente buena para las manualidades, y que todos mis proyectos que estoy empezando, me queden como la foto del libro, no como un bicho amorfo.
-Y lo más importante, deseo con todas mis fuerzas, tener más paciencia, más tolerancia, lo cual derivaría, evidentemente, en ser una mejor persona (suspiros infinitos...)

domingo, 22 de noviembre de 2009

El síndrome José Alfredo

No puedo hablar mucho de otras culturas por desconocimiento, obviamente (a ver, mi querida D. si me ilustras sobre tu gente), pero al menos en este país, ay guey, cómo nos gusta el flagelo. Prueba fidedigna de ello es algo tan simple  como eso que se llama "la canción popular ranchera".
C. mi amiga y yo usábamos (y aún lo hacemos pero -afortunadamente- con mucha menor frecuencia) el término "Síndrome José Alfredo Jiménez", mismo que le da título a este post, para hablar de esos momentos de bajón emocional en la vida en los cuales a la menor provocación (musical) y en la mayoría de los casos, con unos fuertecitos encima,  sale el charro cantor que todos llevamos dentro y empezamos a despepitar puras tragedias amorosas. Y para lamentarse fracasos amorosos y remover casi con masoquismo y saña las penas amorosas, nada como el mismísimo José Alfredo Jiménez y sus letras de despecho, abandono, orgullo, rencor y demás bonitos sentimientos en contra de la pérfida o el desgraciado en cuestión. Una vez en una charla Germán Dehesa hablaba de algo similar y decía que en verdad, trasladáramos varias letras de las canciones de Jiménez a una realidad tangible. Imagínense la de "Pa' todo el año", esa parte que dice: "Si te cuentan que me vieron muy borracho, orgullosamente diles que es por mi". Ahora piensen en esta escena: están en un restaurante con sus amigos(as) y de pronto pasa el o la ex por la banqueta, vomitado, hecho una piltrafa y cayéndose de borracho. ¿A poco ustedes les dirían orgullosísimamente a sus cuates: "Miren, gueyes, esa vieja que está ahí a punto de la cirrosis... está así por mi"? o una vieja a sus amigas: ¿ven a ese guey tirado en la banqueta inconsciente de pedo? "YO lo dejé así". No, neta eso no está bien.
Pero bueno, todo aquel que haya ido a una cantina, sabe de qué hablo. Ya una vez que el fuerte empezó a correr, cantamos a todo pulmón y nos cortamos las venas aunque sea mentalmente. Creo que es parte de esa naturaleza aferrada y chafa que no nos deja avanzar, pero que también forma parte de quienes somos, y ah, cómo lo disfrutamos. Y si no, nomás piensen en "La Cama de Piedra" de Cuco Sánchez (si Cuco hubiera ido al shrink, éste se hubiera hecho millonario, me cae), "Pa' todo el año", "Ella", "Paloma negra" y un infinito etcétera de José Alfredo Jiménez y de ahí pa'l real... ¿Qué tal "En el último trago"? Tómate esta botella conmigo, y en el último trago nos vamos, quiero ver a qué sabe tu olvido... esta noche no voy a rogarte, esta noche te vas de deveras... nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores, otra vez a brindar con extraños y a llorar por los mismos dolores" ¿NO LES DIGO?


Para muestra, un botón... "En el borde de la vida y la muerte, nos vamos bailando la suerte, de este pobre corazón" (!!!)


domingo, 8 de noviembre de 2009

Antes y ahora

Antes: mix tape, horas pensando qué poner, cómo combinarlo, incluso si hacerle dibujillos artísticos al forro del casette, que en muchos casos, era Memorex.
Ahora: si bien te va, playlist del Ipod.

Antes: brincar cada vez que sonaba el teléfono, pensar "cuándo llamará" o de plano quedarse esperando una llamada que nunca iba a suceder.
Ahora: nada de misterios, el id caller del celular o teléfono en casa lo dice todo y si no lo dice, siempre puedes toparlo en msn, en skype, saber de su vida por twitter, facebook o su blog.

Antes: tomar una foto y esperar hasta revelarla para saber si quedó padre o no. Cuando te las daban recién impresas, todavía olían a líquido revelador. Juntarse con los cuates a ver las fotos de la fiesta. Que se quedaran marcados los dedos de todos en las fotos.
Ahora: tomar y borrar si no salió bien y volver a tomar y volver a borrar, y en menos de 24 horas, subir un álbum a FB o a Flickr o a Fotolog para que todo mundo las vea desde la comodidad de su casa.

Antes: Ir a la tienda a buscar discos, esperar a que llegara, abrirlo, ver el arte.
Ahora: fucking Limewire o en el mejor de los casos Itunes.

Antes: pasar horas descifrando la letra de una canción, escribir cualquier cantidad de tonterías en vez de los "lyrics" precisos.
Ahora: entrar a google, hacer la búsqueda del título o aún mejor, abrir Shazam y encontrar la letra, el autor, bla, bla.

Antes: enviar cartas, pensarlas dos veces, elegir el papel, el sobre, emocionarse porque se recibía una carta (¿hace cuándo no recibes una carta que sea para ti de un amigo o familiar, no algo del banco, gobierno, etc.)
Ahora: con darle send basta.

Antes: tener un diario con llavecita, candado y todo. Pegar en él boletos de cine, cartas, miles de recuerdos.
Ahora: vive le blog....

sábado, 7 de noviembre de 2009

Cuarenta años...

Mis papás van a cumplir el 29 de noviembre cuarenta años de casados. ¡¡Cuarenta!! yo, que soy tan propia y tan educada (ajá), sólo atino a decir: ¡no mamar! Cuarenta años es muchísimo. En esa cantidad de tiempo se pueden hacer innumerable cantidad de cosas, desde tener cerca de veinticinco hijos (si alguien resiste eso) hasta hacer un país, ganar guerras, construir vías de tren, dirigir supongo que cerca de 15 películas (aunque si son de las de Los Hermanos Almada yo creo que como 40), en fin. Y desde que racionalicé este acontecimiento, me la he pasado pensando en eso todo el tiempo. El número 40 me acompaña y me da vueltas en la cabeza, cuarenta, cuarenta, cuarenta... it's just too fucking much.
Me acuerdo que en la prepa teníamos una compañerita llamada Edna Suzette (cuyo sólo nombre nos ha brindado horas y horas de sanísimo esparcimiento -a sus costillas, por supuesto-). Bueno, el tema es que los abuelos de Edna iban a cumplir 70 años de casados. Su abuela tenía 86 (la casaron de 16) y el abuelo 87. Toda la familia se habia reunido y la fiesta iba a ser casi un bacanal. Desde la clásica y sufrida misa para dar gracias a la Guadalupeitor, hasta el mariachi, vestido largo, menú en tres tiempos y demás. Y cuál va siendo la desgracia que dos días antes de la fiesta, Don Abuelito pasa a mejor vida. Al menos fue durmiendo. Toda la familia entró en shock, del cual se tardó varias semanas en recuperarse. Por supuesto, la fiesta fue suspendida. Setenta años de casado, es casi el doble de lo que cumpliran mis papás.

Cuarenta años junto a una misma persona suena bien fuerte. Denso. Yo quisiera ser de esos románticos (yo soy de esos amantes a la antigua, que suelen todavía llevar flores) que dicen: "Encontraron al compañero de su vida, bla, bla". Nah, yo no soy de esos. No tengo tanto corazón. Creo que no existe un sólo compañero de vida, en la misma medida en que no nacimos para ser una sola cosa toda la vida. Podemos cambiar de oficio, profesión y hobbies cuantas veces queramos. Nuestro intelecto nos da para eso y más. Por eso mismo, década tras década despertando junto a la misma persona no debe ser algo fácil.... requiere algo mucho más que amor y paciencia, supongo. Para empezar, tamaños, porque de otro modo, no veo cómo...

miércoles, 4 de noviembre de 2009

O-DIO

1. Tener que llamar al centro de atención a clientes de cualquier compañía. Esas opciones de conmutador me matan. Transgreden la paciencia de cualquiera.
2. Darme cuenta que al paso de los años mi salud se vuelve más frágil y que mi sinusitis será un karma que me va a acompañar el resto de mis días, cada vez de peor manera.
3. La televisión local. ¿Por qué los dueños de las televisoras suponen que somos retrasados mentales?
4. Los noticieros. Con excepción del de Loret de Mola, porque he soñado varias veces que es mi novio, ja.
5. Volar. Regreso al punto dos. Mientras más años tengo, más miedosa me he vuelto para volar. Ya no aguanto nada.
6. Los mariscos. Me da envidia la gente a la que sí le gustan. Me gustaría curarme una cruda con unos camarones y un aguachile. Pero los odio. Ni modo.
7. Los malacopa que gritan y manotean. Ya sé que es un clásico estado del pedote, pero me caen gordos. Hasta yo me caigo gorda cuando hago eso.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Los chicos

El título de este post me lo robo, o más bien se lo tomo prestado a una canción de Calamaro. Hoy que acá festejamos-celebramos-recordamos a los muertos, me he pasado el día (en realidad desde ayer empecé) acordándome de los que ya se fueron. Como todos, yo también tengo mi lista de muertitos, unos más viejos, otros extraordinariamente jóvenes y a los que nunca vamos a dejar de extrañar porque no hay lógica que nos haga entender su partida.
Me parece que la primera vez que sentí a la huesuda caminando cerca fue cuando se murío mi abuela materna. Ya no era tan chica, pero realmente antes de eso no había sentido el rigor durísimo de despedir a alguien. Los velorios nunca me han gustado, y aunque dicen que emocional y psicológicamente son muy útiles  porque le ayudan a los "deudos" (no me gusta esta palabra) a despedirse y darle cierre al asunto (closure como dicen los vecinos del Norte), la neta son espantosos. Al menos ahora en muchas funerarias ya no permiten a la familia quedarse por la noche y cierran el changarro. Menos mal, porque además de la pena que se sufre porque se murió la Tita Jovita (¡¡de 106 años!!) hay que estar ahí toda la noche aguantando a los tíos pedotes contando chistes y a las comadres de Doña Jovita que lloran y lloran.

En fin, me desvié. El asunto es que en estos días, con los altares, que me parecen tan preciosos, las flores y el pan de muerto, me da por acordarme de todos, pero de unos más que de otros. En especial, como cada año, como cada junio, como cada enero, me acuerdo de Amando. Un hermano por elección que tuve, una persona que nunca irradió más que alegría. A mi me caga esa onda de: te mando luz, y mucha luz y fuerza y todo eso, me parece bullshit, pero juro que en verdad, nunca he conocido a nadie que hubiese tenido esa luz, real, casi tangible. Esa sonrisa extraordinaria, a pesar de todo lo malo, verdaderamente terrible, que le sucedió en los últimos años de su vida; ese buen humor que, me consta, nunca se mermó.

Amando tenía un Datsun como del 70 en el cual navegamos las calles de esta ciudad, escuchando a todo volumen Héroes del Silencio, The Doors, Zeppelin. Él me llevó a escalar por primera vez en la Huasteca, me llevó a rapelear, a recorrer pozas y fue también quien me cargó, ayudó y animó cuando me accidenté. Yo fuí la primera persona a quien le dijo que iba a ser papá, mientras nos comíamos como una docena de donas de Dunkin Donuts, mismas que casi se me atoran de la impresión que me llevé. Por eso no pude verlo cuando ya estaba inconsciente sin reconocer a nadie. No pude ir a despedirme, porque no quería tener esa imagen de él. Creo que fue en parte eso y en parte cobardía de no poder enfrentar la realidad. Aún hoy, tantos años después, sigo soñando con él y sigo pensando que está en una de sus múltiples aventuras (como cuando se fue a Escocia) y que cualquier día de estos, lo toparé manejando su Datsun color crema a toda velocidad.

Para él, para el Mapa, para Rodrigo, Iñaki, Matilde, Lorenzo y todos los demás que están en mi lista, los que siempre serán "los chicos" porque vivirán para siempre, un altar con muchas flores de cempasúchil, éste y todos los noviembres.


pd. Si alguien los ve pronto, dénle un abrazo muy largo, a mis amigos que se fueron primero...

miércoles, 28 de octubre de 2009

El terror de la cuadra

Cuando era una niña, formé parte de una pandilla. En realidad jamás fuímos una pandilla de niños maleantes ni éramos el azote de la cuadra (es más, dudo que alguien en la cuadra nos tirara un lazo) pero mis compañeros y yo bautizamos a nuestro grupo como "La Banda Buri-Buri". No sé de dónde salió el nombre ni si tenía un significado, pero éramos cinco miembros, tres hermanos de una familia y dos hermanas de otra (la mía). El más grande le llevaba 6 años a la más chica que era yo, pero no se notaban tanto, porque éramos solidarios y ligeramente aventureros. Además de ser vecinos, los hermanos V. y nosotras nos conocíamos desde literalmente, toda la vida, pues crecimos juntos. Usualmente salíamos a patrullar el vecindario en nuestras bicicletas (la mía era la única que tenía rueditas aún). La ciudad de México era entonces otra historia, en donde cinco chicos de entre 9 y 15 años podían andar un domingo en la tarde paseando tranquilamente por las cuadras aledañas a su casa. Conocíamos al resto de los chavos de nuestra edad en la cuadra, pero ninguno tuvo cabida en nuestra palomilla.
La Banda Buri-Buri compartió enormes dichas junta, desde esos típicos paseos dominicales, hasta picnics en el bosque, viernes de atascones de pizza en Tony's Pizza o Pizza Pol y deliciosa comida china en el China Girl, con té de jazmín incluída. Donde antes estaba Tony's Pizza, lugar de las mejores pizzas de Polanco, ahora se erige el Hotel Habita, tan chic. La última vez que chequé, Pizza Pol seguia ahí, pero yo no he vuelto desde hace cerca de veinte años. Hace poco fuí al China Girl, aunque no el de Polanco, y pasé toda la comida teniendo flashbacks de mi infancia/pubertad.
La banda Buri-Buri también viajó, principalmente a Cuernavaca, adoptó un perro, grabó casettes, hizo múltiples ventas de garage, se emborrachó a escondidas, montó obras de teatro, estuvo a punto de ser vacunada contra la rabia porque nuestro perro se nos murió -y no sabíamos de qué-  y tronó una significativa cantidad de cuetes, travesura que casi le cuesta la mano a uno de sus miembros.
Los Buri-Buri tienen muchos años de no estar reunidos todos al mismo tiempo, pues ya todos quedamos regados en diferentes partes del mundo, algunos más lejos que otros. Sin embargo, estoy segura que todos guardamos en alguna esquina de nuestra memoria esos días en que la vida era más fácil, la diversión más barata y los sueños no se veían tan lejanos...

miércoles, 14 de octubre de 2009

Pegada todo el día

Imposible sacarla de mi cabeza. A ver si poniéndola acá la exorcizo y se va. Mientras tanto, unos traguitos coquetos en miércoles no creo que caigan mal... por los tiempos olvidados, los recuerdos mojados y las tardes de lluvia (que por aquí hace tanto que no se ven...)

El pasado nos persigue... vía facebook

Antier fuí a la Feria del Libro y caminando en los pasillos, de pronto me topé con una compañera de la universidad a quien no veía desde que nos graduamos. Éramos buenas compañeras en la carrera, incluso así nos decíamos "compañera" (y así le decía todo mundo a ella), me dio un gusto genuino toparla y reencontrarnos. Tiene varios años viviendo en la misma ciudad y nunca la había visto. Otro feliz reencuentro vía FB fue con Krista, una amiga de la secundaria. Tengo cerca de veinte años de no verla, es increíble, pero nos hemos enviado algunos correos y tampoco voy a decir que se siente como si fuera ayer, pero fluyó una comunicación que considero genuina. Es increíble cómo ahora contamos con medios tan eficaces (y poco discretos) como Facebook, Twitter, you-name-it para reencontrarnos con el pasado, o para que en otros casos menos afortunados, el pasado nos persiga, jaja.... afortunadamente, siempre tendremos opciones de privacidad, como perfiles cerrados, autorizaciones y una larga lista de etcéteras. No paro de maravillarme al pensar que si no fuera por todas estas redes sociales, mi único recuerdo de la secundaria serían mis anuarios...

lunes, 12 de octubre de 2009

Still at the same place....

Watch my back so I'll make sure
you're right behind me as before
yesterday, the night before tomorrow

dry my eyes so you won't know
dry my eyes so I won't show
  Iknow you're right behind me

and don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight

you walk the surface of this town
the high heels above the ground
and high horses that we know
keep us safe until the night

you know them all, I know it all
stay put and play along
'cause I'm looking for my friend
now I got you, got you

don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight

I dry my eye, dry my eye
falling deeper by the hour
dry my eye
dry my eye, dry my eye
don't let me fall deeper now
dry my eye...

yeah,
don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight

let me go, let me go
let me go, let me go

don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight
don't you let me go, let me go tonight

viernes, 9 de octubre de 2009

Mismo mood...

Tal vez es sólo la resaca de todo.....

I won't be at the phone...

Será porque es viernes, porque estoy cansada, porque mi linda y buena amiga Domi se va a Nueva York hoy y sólo puedo pensar en cuánto quisiera estar subida en ese avión. Porque quiero unas botas de lluvia, porque no entiendo por qué Obama ganó el Nobel de la Paz, porque nunca había sentido tan en carne viva lo que es acostarte con miedo y volverte paranoica en un segundo, porque ayer fuí al cine y lloré con la película, porque comprobé que Philip Seymour Hoffman es mi actor favorito en el mundo, más que nadie, porque estoy leyendo a Murakami, porque está gris y llueve pero no hace frío, porque quisiera traer un sueter puesto, porque quiero comer tabule, porque es la 1pm y yo quisiera destaparme una chela, o simplemente, porque así soy yo...

miércoles, 7 de octubre de 2009

Porque tú eres moderna....

En verdad hoy iba a escribir de otra cosa. Una lista más (se los dije, váyanse acostumbrando), pero no sé qué sucedió que al pulsar el botón de "Nueva entrada" una canción viejísima vino a mi mente y no pude dejar de tararearla, tanto que decidí dedicarle este post. La canción es Vox Electra, de la banda angelina (chicanina hipster) Pastilla. No tengo el año preciso del cual data, pero confiando en mi memoria (...) yo diría que del 97 aproximadamente. Esa canción nos gustaba mucho a mi amiga C. y a mi, y siempre que podíamos la cantábamos en el auto mientras íbamos a algún sitio. Yo en ese entonces tenía un discman Sony maravilloso y ponía mi sencillo de Vox Electra una y otra vez. Por esa época tenía muchos amigos que trabajaban en disqueras y me hacían llegar frecuentemente paquetitos con sencillos de muchas bandas, y con suerte, discos raros o simplemente, regalados. Todos con ese hoyito tan característico en la esquina superior izquierda del disco regalado por disquera. Si hoy se revisa mi colección, seguro aún se encontrarán por ahí. Hasta los más pinches los guardaba, me daba cosa botarlos, porque habían sido un regalo y sentía feo. Entre mis sencillos favoritos en esa época estaba el mencionado de Pastilla, Don't look back in anger de Oasis, que como "lado b" traía un cover a los Twisted Sisters de "We're not gonna take it" (todavia lo tengo) y un sencillo de Zurdok (por obvias razones). La letra de Vox Electra me encantaba, creo que aún me gusta y me da como cosita que Pastilla nunca haya sonado en vivo igual que en sus discos. Odio cuando le pasa eso a una banda, pero supongo que después de varios años de tocar, no es algo que "les pasa", sino algo que no se esmeran por solucionar... no sé.
Por otra parte, y sin afan de hacer una reseña porque no es el caso, el fin de semana vi a varias bandas en el festival de Austin City Limits. El balance es como sigue:
a) comprobé que hay ya muy pocas bandas en el mundo que TENGO QUE VER. Prueba de eso fue el concierto de anoche de Depeche Mode y mis boletos de cuarta fila que se quedaron guardados porque no los usamos. Siempre habrá conciertos y la banda que no pudiste ver el mes pasado, regresa en un año a tu país o tu ciudad, y si no regresa, en menos de seis meses habrá otra banda sonando igualito a la ya extinta.
b) la regla anterior tiene una excepción y se llama Leonard Cohen. A él sí, donde sea, como sea, cuando sea. I don't care.
c) Jack White es un bombón. Lo amo y todos sus proyectos me gustan mucho, pero The Dead Weather se la rifó de bueno y de cabrón.
d) Los gringos son demasiado políticamente correctos. DE-MA-SIA-DO, para todo, siempre. Qué ansia andar en un vecindario y que a las 7 pm ya esté todo apagado. ¿Qué la gente no vive de noche?
e) El domingo, después de horas y horas de lluvia, el pasto quedó asqueroso, todo enzoquetado. Gracias a eso, el césped quedó completamente bajo el lodo. Si pusieran a diez mexicanos juntos en un concierto,bajo las circunstancias antes descritas, a la primera chela, hubiera empezado la guerra de lodo. Del na-bo.
f) Me encanta Austin y su festival, y seguiré iendo mientras la distancia lo permita.

martes, 22 de septiembre de 2009

Lo que me gusta

Me encantan las listas, tengo un afán por hacerlas que por momentos se torna obsesivo, por lo cual notifico a mis lectores inexistentes, que es muy posible que encuentren en este blog varias listas de diversas cosas. Hoy haré una lista (que seguramente será la primera parte de más por venir sobre el mismo asunto) de cosas que me gustan. Cosas que me llenan, me emocionan de sólo pensarlas y me pintan una sonrisa.

1. El Principito (en todas sus modalidades, léase llaveros, estampitas, ediciones diferentes, idiomas). Amo a El Principito.
2. Los pasteles de chocolate. Mmm.
3. El olor que se desprende de las páginas centrales de un libro nuevo.
4. Café. Y si es matutino, mejor.
5. Las flores. Amo las flores. El Mercado de Jamaica en DF es uno de mis lugares favoritos en el mundo.
6. NYC.
7. Los días con cielo muy azul, soleados y con mucho frío. Mis favoritos también.
8. Las mujeres cantando jazz: Ella Fitzgerald, Lisa Ekdahl, Billie Holiday, Norah Jones, Shirley Horn, Nina Simone...aunque Louis Armstrong también me pone inmediatamente de buenas.
9. Desayunos completos en domingo. Jugo, café, pan dulce, chilaquiles, o algo así. Y con el periódico.
10. Iba a poner zapatos nuevos, pero prefiero a Woody Allen.

Mi boleto para viajar a veces sale tan barato como darle play:

jueves, 17 de septiembre de 2009

Viajando ligera (nooot...)

Una vez más estoy empacando y me doy cuenta que soy una perfecta inútil en el arte de viajar ligera. Llámenme precavida (jaja, si me tienen cariño) o exagerada (sin son realistas), pero de verdad no puedo, no puedo llevar un sólo par de zapatos para diez días. Ni dos. ¿Y si llueve? (eso es un hecho), ¿y si un día hace calor y yo con pura manga larga? ¿y los suéteres? Y si a eso le sumamos los encargos que ciertas personas cercanas a mi (mi hermana, por ejemplo) me hacen... pues imposible. La única vez que logré ser un as en eso del viaje ligero fue en un viaje a Europa en donde iba a viajar dentro del continente. Y además (bonus points) era invierno, lo cual hace que automáticamente el tamaño de la ropa se duplique. Pero me doblegué ante la vanidad y salí en las fotos con los tres outfits que cargué. ¡¡Esooo!! y no estaban nada mal, hasta eso. Lo único es que si la gente ve mis fotos, piensa que me mandé a hacer un ciclorama o fondo con las imágenes de Berlín, Roma, Praga y yo nada más las cambiaba, porque en todas salgo con la misma ropa, jaja.... pero eso sí, viajé ligera, ¿no?

Seguiré empacando pues, sin mucha esperanza de poder lograrlo. Bon voyage... ya me reportaré, aunque no haya nadie que lea esto.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

De pirotecnia y cosas peores...

Ayer 15 de septiembre me preparé mentalmente para un concierto de cuetes a partir de las 11 pm. No sé si será que el amor a la patria está frío frío, y la relación pueblo-gobierno pasa por una mala racha (creo que nos urge terapia de pareja), pero anoche no tronaron tantos cuetes como en otros años. También creo que la onda cuetera va un poco de acuerdo al código postal. Antes yo vivía en otro municipio que, evidentemente, sí le entraba a la pólvora con singular alegría (y no vieran el 12 de diciembre cómo se ponía la cosa). Pero me mudé hace 9 meses y por tanto, es mi primera fiesta patria en mi nuevo domicilio y al parecer a los habitantes de este barrio, eso del cueterío, pues como que no se les da.

Cuando yo era una adolescente sin más asunto, en casa de mis papás ayudaba una chica cuyos padres decidieron castigar eternamente bautizándola como Senorina. Sí, se la pasaron a prolongar, pero bueno, así se llamaba, y lo peor era que ni modo de decirle "Seno" o peor aún "Rina" como la jorobada de la novela, así que Senorina a secas se quedó.  Era muy joven, su edad estaba entre la de mi hermana y la mía, así que debía tener cerca de 15 años (ahora que lo pienso, de milagro no acusaron a mis papás de abuso de menores, ¡qué bárbaros!). Era una actriz en potencia, a veces hablaba como en un diálogo de una novela y le imprimía mucho dramatismo siempre a sus respuestas (a mi me daba mucha risa).
Bueno, el tema es que estaba Senorina recogiendo la cocina, cuando tocaron a la puerta. Era Carlos, mi vecino "de toda la vida" que venía a pedir un favor; a la salida de la escuela había comprado una paloma del tamaño de un sartén (en verdad, no exagero, era un pinche palomón tamaño ballena) y si su mamá, nerviosa natural, la veía, iba a terminar muy mal la cosa. Me pidió que se la guardara muy bien, porque la iba a tronar el 15 de septiembre en la noche. Se fue sin antes advertirme veinte veces que NO se me ocurriera prender el dichoso cuetón, cosa que, por supuesto, a mi no me interesaba en lo absoluto. Dejé el palomón sobre la mesa del comedor y me fuí a mi cuarto a hacer eso que me sale taaaan bien: echar la hueva (cuando todavía se podía). En esas estaba, oyendo un casette, cuando de pronto escuché a Senorina gritar como si la estuvieran desmembrando. Cuando abrí la puerta de mi cuarto, pasó Senorina como un demonio junto a mi y se escondió en la recámara de mi hermana, mientras gritaba: ¡¡Diosito perdónameeeee, no me quiero ir al infiernooooo!!, ¿Por qué yo, por qué yoooo?" Detrás de ella venía mi hermana con una cara de susto y estaba yo a punto de preguntarle: ¿qué pasa? cuando se oyó: BOOOOOM y se hizo un silencio tremendo. Senorina estaba debajo de la cama de mi hermana metida llorando, preguntando si había explotado la casa, mi hermana se reía nerviosa y yo no sabía ni qué había pasado. En menos de cinco minutos llegó Carlos indignadísimo. Más tarde se develó el misterio. Mi hermana, apenas vio la paloma, la tomó, se metió a la cocina y empezó a asustar a Senorina, diciéndole que la iba a prender. La pasó por la estufa en broma (eso decía ella...) hasta que en una de esas, la larga mecha cogió fuego (como dicen los cubanos) y a mi hermana lo único que se le ocurrió fue tirarla bajo la estufa (brillante, qué digo brillante... ¡extraordinario! not...) En menos de cinco minutos, Carlos estaba como loco tocando la puerta, indignadísimo conmigo por haber tronado su palomón, pues por supuesto que escuchó la explosión hasta su casa.  Nos tardamos una hora en recoger todos los miles de pedazos de papel periódico tirados en la cocina y otra más en desatorar a Senorina de abajo de la cama de mi hermana. No tengo idea cómo se metió, porque la muchacha no era de petacas discretas (esas fueron precisamente las que se gancharon con los clavos de abajo del box). Al final, ni mi mamá ni la mamá nerviosa del vecino se dieron cuenta porque cuando regresaron, todo estaba como si nada. Nunca se supo la historia, Senorina le aplicó la ley del hielo a mi hermana por una semana entera y yo aprendí que mi carnala no era muy digna de confianza, especialmente con los bienes ajenos. 

lunes, 14 de septiembre de 2009

El problema de la arena

Jim Carrey jamás ha estado entre mis actores favoritos. Creo que en ese sentido, hasta poco respeto le guardo. Tantas caras y gesticulaciones terminan por desesperarme. Y no hablemos de los papeles de estúpido que siempre elige. Pero -como en todo- hay una gran excepción. La vida le dio la oportunidad de reivindicarse conmigo en una película. Una película que está entre mis cinco favoritas y creo que lo estará para siempre, acompañada de una banda sonora extraordinaria, imágenes inolvidables y una historia fantástica. Por su culpa quise conocer Montauk y me interesé más en el trabajo de Charlie Kauffman. Una de mis citas favoritas de la película, y a la cual hace alusión el título de esta entrada es ésta, precisamente: "Sand is overrated. It's just tiny, little rocks."

Beck es mi ídolo. Nadie pensaría que esa potente voz encaja con ese cuerpecillo flaco y ese rubio indefenso. Disfruten.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Circo, maroma y teatro

Anoche fuímos a cenar a casa de unos buenos amigos. Ambos trabajaban (él sigue ahí, ella ya no)  en una compañía dedicada a producir espectáculos y durante cerca de cinco años estuvieron viajando por todo el país produciendo un circo. Sí, un circo, con mago, bailarinas, payaso, contorsionistas y todo el numerito. Anoche estaba en la reunión "El Chato", un personaje de 50 años que tiene ocho años trabajando en dicho circo, mismo que ahora está localizado en Venezuela y viajará los próximos ocho años por toda Sudamérica.  Nuestros amigos ya nos habían contado en alguna ocasión anécdotas casi increíbles del circo. Verdaderamente es un micro universo ahí adentro, en donde hay de todo: el líder, la conflictiva, el loco, los gays, el alcohólico, el golpeador machín... en fin, de todo. El circo tiene escuela para los niños que llegan o bien nacen ahí dentro, y campers para las familias. Los solteros viven en hoteles. El hecho de que cargues tu vida en ocho maletas, sin mayores apegos materiales más allá de lo que llevas contigo, me parece increíble, casi admirable. Gran parte de nosotros pasamos nuestra vida acumulando cosas materiales que: a) no usamos, b) ni recordamos que tenemos, c) no queremos, d) todas las anteriores. Y esta gente, que por elección ha decidido vivir así, no tiene casa, ni auto, ni artículos innecesarios. No se preocupa por pagar el recibo de la luz, o del gas, ni hace planes para ir a cenar con los cuates un jueves por la noche. El Chato, oriundo de Matamoros, tiene ahí una ex-esposa e hijos, y hace años, primero por necesidad y -supongo- después por gusto, eligió la vida del circo. Ahora tiene una nueva mujer, una bailarina rusa del circo, con quien vive a todo dar, viajan juntos, trabajan en lo mismo (aunque él en la parte administrativa y ella en el escenario) y adoptaron en Guadalajara a un "hijo" un poco peculiar: un hurón. Vida de familia cirquera, me imagino...
Así, y al calor de los whiskies, una cosa llevó a la otra y terminamos hablando del "vagabundismo". Es un tema que a mi siempre me ha llamado la atención e incluso ejerce un poco de fascinación. ¿Qué puede pasarle a alguien para que en cierto momento decida largar todo e irse a vagabundear por las calles? son seres que en apariencia son totalmente libres, sin ataduras sociales de ningún tipo. Sin embargo, me da la impresión que secretamente, deben cargar recuerdos e incluso una que otra culpa. Quiero buscar literatura al respecto, estoy segura debe haber autores que ya hayan explorado ese tema.

Hace años, por azares del destino, conocí a la contadora del espectáculo "Alegria" del Cirque du Soleil, una mujer holandesa de treintaytantos. Al calor de la plática, le pregunté: bueno, ¿y dónde tienes tu casa? y me vio con cierta extrañeza y me dijo: en donde esté el circo presentándose. Y yo, un poco necia, insistí: sí, cuando estás trabajando, pero cuando no, ¿dónde vives? y me dijo: yo no tengo casa, mi casa es el circo. Y cuando termina la temporada, me voy a viajar un par de meses, hasta que arranca la siguiente temporada. Así de simple, así de fácil, así de complicado de entender.

A veces se nos olvida que allá afuera hay miles de vidas distintas, formas de pensar y de ser. Nunca es tarde para elegir ser otro, para cambiar lo que no nos gusta, aunque de eso a que sea fácil, hay una enooorme distancia.

A propósito de...

sábado, 12 de septiembre de 2009

Ya llegué

Éste es el tercer intento que hago por mantener un blog digno. Los otros dos terminaron añejándose en el misterioso lugar que es la red o la "blogósfera". No intento nada, no voy a evangelizar (¡¡Dios me libre!!) ni a politizar, mucho menos a convencer. Lo único que quiero, básicamente, es hacer lo que me de la gana con mi blog. Le he dado varias vueltas a lo que iba a publicar en este mi primer post. Carezco de la ocurrencia de algunos amigos con cuyos blogs he literalmente llorado de la risa, y por supuesto de la sapiencia de otros tantos que hablan de teorías y exponen amplios conocimientos musicales, literatos o científicos. En fin, aquí estoy, me auto doy la bienvenida y declaro formalmente inaugurados los trabajos de este blog con esta bonita melodía que tanto me gusta y a la que tanto le agradezco/debo. ¡Aplausos!