domingo, 13 de septiembre de 2009

Circo, maroma y teatro

Anoche fuímos a cenar a casa de unos buenos amigos. Ambos trabajaban (él sigue ahí, ella ya no)  en una compañía dedicada a producir espectáculos y durante cerca de cinco años estuvieron viajando por todo el país produciendo un circo. Sí, un circo, con mago, bailarinas, payaso, contorsionistas y todo el numerito. Anoche estaba en la reunión "El Chato", un personaje de 50 años que tiene ocho años trabajando en dicho circo, mismo que ahora está localizado en Venezuela y viajará los próximos ocho años por toda Sudamérica.  Nuestros amigos ya nos habían contado en alguna ocasión anécdotas casi increíbles del circo. Verdaderamente es un micro universo ahí adentro, en donde hay de todo: el líder, la conflictiva, el loco, los gays, el alcohólico, el golpeador machín... en fin, de todo. El circo tiene escuela para los niños que llegan o bien nacen ahí dentro, y campers para las familias. Los solteros viven en hoteles. El hecho de que cargues tu vida en ocho maletas, sin mayores apegos materiales más allá de lo que llevas contigo, me parece increíble, casi admirable. Gran parte de nosotros pasamos nuestra vida acumulando cosas materiales que: a) no usamos, b) ni recordamos que tenemos, c) no queremos, d) todas las anteriores. Y esta gente, que por elección ha decidido vivir así, no tiene casa, ni auto, ni artículos innecesarios. No se preocupa por pagar el recibo de la luz, o del gas, ni hace planes para ir a cenar con los cuates un jueves por la noche. El Chato, oriundo de Matamoros, tiene ahí una ex-esposa e hijos, y hace años, primero por necesidad y -supongo- después por gusto, eligió la vida del circo. Ahora tiene una nueva mujer, una bailarina rusa del circo, con quien vive a todo dar, viajan juntos, trabajan en lo mismo (aunque él en la parte administrativa y ella en el escenario) y adoptaron en Guadalajara a un "hijo" un poco peculiar: un hurón. Vida de familia cirquera, me imagino...
Así, y al calor de los whiskies, una cosa llevó a la otra y terminamos hablando del "vagabundismo". Es un tema que a mi siempre me ha llamado la atención e incluso ejerce un poco de fascinación. ¿Qué puede pasarle a alguien para que en cierto momento decida largar todo e irse a vagabundear por las calles? son seres que en apariencia son totalmente libres, sin ataduras sociales de ningún tipo. Sin embargo, me da la impresión que secretamente, deben cargar recuerdos e incluso una que otra culpa. Quiero buscar literatura al respecto, estoy segura debe haber autores que ya hayan explorado ese tema.

Hace años, por azares del destino, conocí a la contadora del espectáculo "Alegria" del Cirque du Soleil, una mujer holandesa de treintaytantos. Al calor de la plática, le pregunté: bueno, ¿y dónde tienes tu casa? y me vio con cierta extrañeza y me dijo: en donde esté el circo presentándose. Y yo, un poco necia, insistí: sí, cuando estás trabajando, pero cuando no, ¿dónde vives? y me dijo: yo no tengo casa, mi casa es el circo. Y cuando termina la temporada, me voy a viajar un par de meses, hasta que arranca la siguiente temporada. Así de simple, así de fácil, así de complicado de entender.

A veces se nos olvida que allá afuera hay miles de vidas distintas, formas de pensar y de ser. Nunca es tarde para elegir ser otro, para cambiar lo que no nos gusta, aunque de eso a que sea fácil, hay una enooorme distancia.

A propósito de...

2 comentarios:

  1. No se me vienen obras literarias pero si grandes peliculas de circo y nomadismo
    La strada de Fellini
    Freaks de Ted Browning
    El septimo sello de Bergman
    Santa sangre de Jodorowsky
    Mhmmm voy a pensar más/

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  2. Nunca pensé en películas, pero ¿qué tal "Faraway so close" y "Wings of desire" de Wim Wenders? gracias Domi, buenas sugerencias... Voy a buscar un clip de Wings of Desire... besos

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