sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Dónde estabas hace una década?

Leí esta pregunta (y su respectivo post) en un blog al que llegué gracias al blog de mi amiga Domi (quien por cierto, desde que partió a su tierra natal de vacaciones, decidió olvidarse de todos nosotros y de su blog, jaja) y me cuestioné lo mismo. Aquí la respuesta.

En diciembre de 1999 estaba preparando mi viaje a Panamá. Tenía un novio llamado David, que a pesar de su profesión (músico y pintor) era serio y un poco señor, pero era buena gente. Unos meses antes, en agosto, estábamos en un concierto del susodicho, cuando su entonces manager y amigo mío me contó que se iba a Panamá a pasar las fiestas con su familia (él es de origen uruguayo pero sus padres viven en Panamá hace muchos años), y que había conseguido un boleto muy barato. Me puse a buscar y conseguí el mismo pasaje que él, así que animé a mi amiga C. y dado que yo tengo muy buenos amigos panameños (que conocí en la universidad y fuímos prácticamente roomates) , nos conseguí alojamiento y plan para el Año Nuevo para C. y para mi. El viaje a Panamá fue divertidísimo, volamos con Jonás, otro amigo músico -que compartía manager con mi entonces novio-, en un avión medio destartalado, pero que al parecer era el pollero de Sudamérica, comenzaba escala en Panamá y de ahí pa'l real hasta Bs. As. parando en cada ciudad capital del Cono Sur (por eso costó lo que costó, supongo). Nos fuímos hasta el final del avión y fumamos y tomamos todo el vuelo (¡¡aún se podía fumar en los aviones, Yisus!!). Ya casi llegando a Panamá, Jonás nos confesó que la última vez que había volado en esa línea y ese destino (iban a hacer un show) se le había apagado un motor al avión. Casi me muero del susto, ya no tuve paz hasta que aterrizamos en Tucumen.

El resto del viaje fue divertidísimo, hubo de todo, comenzando por un accidente de regulares dimensiones la primera noche de nuestra estadía. Quedamos en un bar con amigo-manager y primo (que era amigo mío también y estaría en Panamá de casualidad) y nosotras iríamos con mis amigos. Me metí a bañar para alistarme y me resbalé en la tina, dando como resultado una abierta (debido al impacto directo del hueso de mi ceja contra el grifo del agua caliente) que acabó en el hospital, cirujano plástico de por medio y doce puntadas en el párpado. Cuando llegué al bar (porque eso sí, ni el madrazo mermó mi espíritu parrandero) con un gran parche, me dice amigo-manager: Hablamos hace dos horas y esto no existía, jaja. El resto del viaje me la tuve que pasar, en pleno verano panameño, con un gran sombrero y lentes de mosca para evitar el sol, pero a pesar de eso, fue divertidísimo, y contar la historia una y otra vez, a pesar de la burla de mis interlocutores, fue más divertido aún.
Asistimos a la entrega del Canal de Panamá de parte del gobierno de EUA al gobierno de Panamá el 31 de diciembre de 1999. Fue una ceremonia histórica, emotiva (llorábamos abrazadas de la gente -a la cual no conocíamos, por supuesto) y llena de alegría. Al finalizar, Ruben Blades regaló un concierto de tres horas para el pueblo. En la noche, fuímos a una fiesta en la parte alta de una isla-colina, donde otra vez tocó Rubén Blades, aunque ésta era una fiesta privada de gala, con cena y barra libre. Fue increíble, divertidísimo y cerramos la fiesta a eso de las 3 de la tarde del día siguiente con "la mojadera" (mojarse todos con mangueras para recibir el año nuevo) y comiendo sancocho de pollo.

Días después nos fuímos a Isla Grande, una isla a un par de horas de Cd. de Panamá, donde mi amigo JC tiene una casa. Una isla preciosa, donde no hay coches (estacionas tu auto en tierra firme y te cruzan en pangas) y en la playa hay casitas de madera pintadas de colores, y tejabanes donde venden cerveza y patacones (plátano frito, mmm). Dedicamos nuestros días a estar tiradas en la playa tomando cerveza Atlas y escuchando reggae, viendo a los surfos "de la zona" (gringos nacidos en bases militares americanas en Panamá que eligieron quedarse ahí porque se enamoraron del país) y siendo felices. Unas grandes vacaciones donde hubo de todo , incluso la invención de una historia maravillosa, en donde C. y yo tocábamos en un grupo de rock que le iba a abrir a su vez a Jonás y su banda un concierto, motivo por el cual nos teníamos que subir al avión rumbo al DF a como diera lugar (por no "confirmar" nuestro regreso vía telefónica antes, perdimos nuestros boletos de avión, una cosa muy rara, pero cierta). Al final, nos subimos al aero pollero que veía repleto y logramos llegar a México. Creo que ha sido uno de los mejores años nuevos de mi vida. 1999, you look so far away...

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