domingo, 13 de diciembre de 2009

Things that make me go mmm...


Creo que ya voy saliendo de mi etapa de amargueitor total (si eso es posible) y para exorcizar todo eso, mejor hoy quiero hacer un post sobre cosas que me gustan, me encantan. Tengo un enorme gusto por los juguetes de diseñador, aquí algunas imágenes de mis debilidades y pequeñas pasiones cotidianas. Mmm!!


- Aranzi Aronzo, diseñador japonés especializado en el DIY. Tiene uno de los libros más divinos y explícitos acerca de manualidades de todo tipo, para hacer bolsas de fieltro, playeras, muñecos, etcétera. Soy fan.
 
- Bearbricks: hay de todos tipos, tamaños y personajes. Estos son sólo algunos de mis favoritos. Cada cajita misteriosa es un motivo de emoción y alegría. Si alguien me quiere dar un regalo alguna vez, pueden recurrir a esto. Es barato (6 dólares aproximadamente) y proveerá un gozo infinito. Éste es el mismísimo Mr. Black de Reservoir Dogs. Más bearbricks a continuación.


Otro de mis ultra favoritos, Bob Esponja, engalana las filas de Bearbricks. ¡Jujuy!

 
Los veo y los vuelvo a ver y casi me dan ganas de llorar. Belleza absoluta, perfección robótica. Bearbricks de Daft Punk (hartos suspiros).

El italiano Tokidoki tiene un estilo bien particular (los cactus lo definen, entre otras cosas) y hace unos juguetes con un diseño divino y muy peculiar, que mezcla personajes muy femeninos en cuanto a colores y miradas, pero que habitualmente vienen acompañados de elementos sumamente masculinos o agresivos, como metralletas o espinas. Lovable!


 
 
¡Maldita Kitty! No conozco a nadie que para su cumpleaños número 35 haya contratado a uno de los diseñadores más heavies del mundo para que le hiciera un outfit chingón. Aaah, soy fan de nuevo.



Dejé para el final a mi gran GRAN consentido, a mi favorito entre los favoritos, el japonés Yoshitomo Nara. Desde la primera vez que vi la imagen de una niña medio enojada medio maldita pero que algo tiene que te compra, me enganché irremediablemente. He adquirido cuanto producto con su firma he encontrado, pero aún así cuando veo alguna exposición (en país remoto, obviamente) siento un huequito en el estómago que no tengo cómo rellenar. Lo amo irremediablemente. He dicho.


 
Too Young To Die

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